Una pequeña probada de este título fue suficiente para verlo como GoTY por su jugabilidad e historia
Agencia Excélsior/LOS ANGELÉS.
Final Fantasy es una de las franquicias más icónicas en la industria que, por 35 años, ha cautivado y dado cientos de horas de entretenimiento. Tomado en cuenta la anterior, no es raro esperar tanto hype alrededor de la entrega de Final Fantasy XVI, que para encender los ánimos hay que señalar que es la primera entrega de la saga en tener un doblaje a español latino.
Fuimos invitados a las oficinas de Sqare Enix en Los Ángeles, California, a jugar esta nueva entrega de la saga, y te adelantamos que será un gran título con excelentes gráficos en la PS5, historia y modo de juego muy dinámico. Estamos ante una historia de fantasía medieval, llena de lucha política, venganza y mucha acción.
Los cristales mágicos son una vez más la clave y hay muchos chocobos. La política del reino gira en torno a las personas (Dominantes) que pueden convertirse en criaturas elementales muy poderosas (Ekions). La seguridad de cada nación depende del poder de estos dominantes, por lo que se lucha por controlar o matar a estas personas.
Como jugador, te vas haciendo propios los sentimientos y problemas de la figura principal, Clive, el hijo mayor del duque de Rosaria, quien, a pesar de ser el primogénito y contar con habilidades de un gran guerrero, es omitido para la sucesión del trono, ya que es su hermano menor, Joshua, es quien ha nacido con los poderes del Fénix. Esto lo convierte en un llamado Dominante, un portador de poder de fuego elemental y capaz de transformarse en un Fénix Eikon. Clive, tiene la encomienda de proteger a su hermano pequeño.
Hemos visto parte de la historia de Clive, que a la par desarrolla el contexto para entender mediante cinemáticas que dependiendo de perspectivas puede parecer o no demasiado extensas.