Expertos del INAH ampliarán el sitio, ubicado en Campeche, y trabajan para mostrar su verdadera monumentalidad
Agencia Excélsior
La zona arqueológica de El Tigre, también conocida como Itzamkanac, es el sitio maya, ubicado en Campeche, en el que se cree que Hernán Cortés ejecutó al tlatoani Cuauhtémoc, en 1525. Sin embargo, los arqueólogos reconocen que, hasta ahora, no existe evidencia arqueológica que confirme dicha afirmación.
“No tenemos evidencia arqueológica para sostener que ahí fue el lugar donde murió Cuauhtémoc. Sin embargo, ya la tradición así lo ha indicado, por el momento (no es posible saberlo), esperemos que en el futuro sepamos más”, dice a Excélsior Adriana Velázquez Morlet, directora del Centro INAH Campeche, quien adelanta los trabajos que realizan como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza).
Por ejemplo, la ampliación del sitio arqueológico a la visita pública crecerá en un 30 por ciento, así como la apertura al público de las estructuras 2, la 4 y, posiblemente, una parte de la 3, en diciembre próximo.
“El Tigre mantiene abierto al público alrededor de cuatro hectáreas, y yo creo que ahora tendremos como 5.5 hectáreas. Además de que se abrirá al público la estructura 2, la 4 y, posiblemente, partes de la estructura 3”, explica Velázquez Morlet.
Aunado a esto, explica que en los siguientes meses comenzarán una etapa de restauración y conservación de los mascarones del sitio, que representan a los gobernantes mayas del sitio.
¿Qué relación sostuvo El Tigre con otros sitios del mundo maya?, se le pregunta a Velázquez Morlet. “Se han encontrado elementos que relacionan a El Tigre con la región de Río Bec y con otras regiones del sur de Campeche.
“Además, la investigación de la cerámica en los entierros y las ofrendas permiten saber que, muy probablemente, El Tigre fue dominado o tuvo una relación intensa con Calakmul”, asevera.
¿Existe algún testimonio directo de esta influencia? “Desafortunadamente, en El Tigre no se han encontrado inscripciones jeroglíficas como para soportar de manera más sólida esto, pero sí hay una muy alta probabilidad, porque, si lo vemos en un plano, están relativamente cerca y seguramente Calakmul buscó tener contacto o dominio de El Tigre.
“Porque, a diferencia de Calakmul, donde el agua y los suelos son bastante malos, en El Tigre sobraba mucha agua y se han encontrado importantes evidencias de construcciones agrícolas que tienen que ver con terrazas y canalizaciones que la muestran como una zona muy productiva durante la época prehispánica”.
¿Qué tanta información existe de la llegada de Hernán Cortés al sitio? “Para la época de la Conquista, tenemos muy poca información arqueológica. Realmente lo que se conoce son algunos adosamientos (escalinatas) que se hicieron en los basamentos más antiguos para poder subir a los edificios.
“Además, en las primeras temporadas se ubicaron ofrendas en los derrumbes, que es lo que comúnmente se conoce para esta época”, apunta.
¿Cuál fue la ocupación de la población de El Tigre? “Seguramente se dedicaron a la agricultura, porque se han encontrado muchas terrazas y acondicionamientos del terreno. También a la pesca, porque tenían el río Candelario a unos pocos metros y, seguramente, este sitio estuvo involucrado en algún tipo de comercio relacionado con el río”.
Uno de los hallazgos más recientes en este sitio fue una ofrenda funeraria, ubicada al interior de la Estructura 1, que consistió en dos vasijas de gran formato, en una de las cuales encontraron los restos óseos de un individuo joven, colocado en posición flexionada y ataviado por un anillo de jade.
Este tipo de entierros, aclara Velázquez Morlet, no son comunes en El Tigre.
“Se han encontrado vasijas, pero sin restos óseos y, en años anteriores, algunas ofrendas con cuchillos de pedernal”, apunta.
Sin embargo, acepta, “hay algunos excepcionalmente hermosos, incluso excéntricos como una ofrenda de cuchillos de pedernal que fueron puestos en varias capas dentro de lo que pudo ser un cesto o canasta que se desintegró”.
Esto significa que El Tigre se caracteriza por ser un lugar con muchas ofrendas, pero hasta ahora con muy pocos entierros humanos, debido al clima y la acidez del suelo, explica.
Mascarones cargados de sacralidad
De acuerdo con Velázquez Morlet, El Tigre es uno de los sitios con la mayor cantidad de mascarones del universo maya.
“Se tienen registrados 10 mascarones, uno de ellos del preclásico”, es decir, de los años 300 a 600 a.C., “lo que lo hace muy relevante para la investigación de la iconografía y del conocimiento del arte maya, ya que representa a un ancestro de ese periodo”.
Además, asegura que es una de las primeras representaciones que se conocen de este tipo de imágenes integradas a la arquitectura, utilizadas por los mayas, para sacralizar la figura de los gobernantes”, explica.
Además, con base en las indagaciones de los expertos, los mascarones son una de las evidencias más importantes del sitio por la información que revelan.
“Porque retratan a gobernantes convertidos en personajes sagrados y rodeados de elementos que tienen que ver con todas las fuerzas del universo para ubicar al gobernante como el centro del mundo, porque es quien garantiza la continuidad de la vida de las buenas cosechas y del agua”, concluye.