Las exposiciones de César Rangel, Ulises Durán y Carlos Uzcanga se nutren de temas como lo frágil y la muerte
Agencia Excélsior
La fragilidad, la fe, la muerte, la guerra y lo infinito son algunos de los temas en los que hurgan los artistas mexicanos que dan vida a las exposiciones Fe y polvo y Pinacoteca de lo inexplicable, de César Rangel, e In+Finito, de Ulises Durán y Carlos Uzcanga.
Curadas por el historiador Alfonso Miranda, estas muestras invitan al espectador a reflexionar sobre qué está pasando en el mundo. “No sólo en Ucrania y Rusia, la Franja de Gaza, Israel, Palestina, sino en nuestros Méxicos. Pareciera que todo se queda en las noticias, en un espacio donde no nos afecta. Pero traerlo a cuenta es necesario para comprometernos en un diálogo franco con la paz”, destaca en entrevista.
Fe y polvo, que se exhibe en la galería Artbaena, ubicada en Polanco, propone un “diálogo” entre ocho piezas de Rangel y un icono del pintor ruso medieval Andréi Rubliov (ca. 1360-1430).
En esta sociedad, donde nos llenamos de imágenes, la fragilidad a la que nos enfrentamos ante la verdad que puede tener embates; ante la fragilidad en temas de paz, de convivencia y que, de pronto, todo literalmente puede pulverizarse”, explica Miranda.
El también director del Museo Soumaya detalla que Rangel crea imágenes con polvo, a partir de una placa de acrílico y una lija de agua. “Y de nuevo acercarnos a la fe, que a veces la sentimos muy sólida y también puede llegar a reducirse a un polvo fino, frágil,
pero no desaparece”.
Y la Pinacoteca de lo inexplicable reúne 12 obras. Y señala que han publicado dos libros sobre estos proyectos con textos de Miranda.
Por su parte, la galería-café Em, localizada en Coyoacán, muestra In+Finito, que reúne 75 piezas de Durán y Uzcanga, entre urnas, espejos, videos, escultura, pintura, dibujo, fotografía e instalación, que el curador ubica
dentro del estilo Neo pop.
Estamos en la etapa del año que habla de nuestras tradiciones ancestrales. En el Día de Muertos se acercan estas convergencias entre los pueblos originarios y su idea de ciclos de vida y muerte, a través de la mirada occidental”, añade.
Hemos dispuesto en la figura de un cráneo los valores de México. Vemos un cráneo y decimos ‘esto es México’. Los hemos llevado a una reproducción avasallante y justo lo que busca esta exposición es llevarnos al exceso de la imagen a través de dos artistas mexicanos”, explica.
¿Qué implica esta infinitud cuando, lo cierto, es que somos finitos? Es la pregunta que dejan en el aire ambas exposiciones, que permanecerán en exhibición hasta diciembre próximo.
Esperamos también forjar nuevos coleccionistas, que tanto necesita el arte mexicano actual”, concluye.
