La obra de Samuel Beckett, que navega entre el drama y la comedia, es una reflexión sobre la muerte, el dolor, el maltrato y la fragilidad humana
Agencia Excélsior
Una reflexión escénica sobre la muerte, el dolor, la desolación, el maltrato y la fragilidad humana. Así podría imaginarse Fin de partida (Endgame), del dramaturgo irlandés Samuel Beckett (1906-1989), pieza que navega entre el drama y la comedia, y que se mantiene vigente pese a que su estreno fue hace más de dos décadas y ahora llega al Teatro Benito Juárez, de la Ciudad de México, bajo la dirección escénica de Agustín Meza, con funciones del 8 al 18 de febrero.
Para la creación de esta obra, un clásico de nuestro tiempo, Beckett se inspiró en El rey Lear, de William Shakespeare, y en el Libro de Job, comenta Agustín Meza, permitiendo al dramaturgo exhibir su don magistral para escenificar la ceremonia fúnebre, sin pompa ni palabrería, en una suerte de ceremonia trágica de la condición humana.
“Esta obra nos cimbra, nos hace reír, llorar, sentir, pensar y cuestionarnos sobre los grandes temas: el sentido de nuestra vida, el tiempo, qué es la muerte, la soledad y a qué venimos a este mundo”, asegura Meza, quien llevará a escena una versión que respeta el texto original.
“A través de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) conseguimos los derechos de autor (para el montaje), pero la petición que nos hicieron los herederos de Beckett fue que el texto se respetara en el montaje, para lo cual tomamos la traducción al español de Ana María Moix, que era la mejor traductora al español de toda la obra de Beckett”.Esto permitió a Meza y a la compañía de teatro El Ghetto adentrarse en el relato de manera fidedigna, evitar cortes, adiciones o malinterpretaciones “y así no perder la esencia del teatro de Beckett”, para lo cual también contó con la asesoría de Abraham Oceransky y Luz Emilia Aguilar Zinser.
Además, en esta ocasión el montaje contará con la participación de Steven Brown, compositor y líder de la banda de post-punk Tuxedomoon, quien interpretará música en vivo. “Steven creó la música con un estilófono, que es una especie de juguetito de los años 60, y con un pedal de guitarra para crear un sonido muy particular con el que crea ambientes; es un privilegio contar con esta propuesta”.
¿En qué se inspiró el compositor? “Fue a partir del análisis de la pieza y de ensayos. Además, de saber que el origen del teatro de lo absurdo –cuyo máximo representante es Beckett– viene del music-hall, del lenguaje clown, Charles Chaplin, Buster Keaton y de ese magnífico clown llamado Grock, así como la música inspirada en esos lenguajes del circo y del cine, con la música que Nino Rota creó para Federico Fellini, que es muy beckettiana, aunque en nuestro caso tiene un tinte más teatral”.
¿Por qué Beckett utilizaba personajes mutilados? “Sus personajes siempre están incompletos. En Fin de partida Hamm está ciego y no puede permanecer en pie; Clov, hijo adoptivo y sirviente, no puede sentarse; y los ancianos Nagg y Nell (Padres de Hamm), viven en botes de basura, como metáfora de un asilo; y lo mismo ocurre en Esperando a Godot, donde Vladimir padece incontinencia, Estragón tiene problemas en los pies y Lucky se vuelve mudo.
“Para Beckett, la condición natural del ser humano es que algo nos falta, que estamos incompletos y esto es una especie de burla hacia Dios, a partir de la cual se le dice que no le quedó tan bien el mundo”, abunda.
En esencia, dice Agustín Meza, este relato está dispuesto a la manera de un juego de ajedrez. “Sin embargo, lo que todos esperan en este mundo beckettiano –a diferencia de Esperando a Godot– sólo es llegar al final, a esa muerte que no alcanza a concretarse y que nos deja un final abierto”.
¿Qué tan vigente es aún el teatro de lo absurdo? “Pareciera muy viejo, pero es vigente por su temática y por la forma en que se presenta. Fin de partida es un diamante en bruto: una obra que no está hecha para pensar, sino para sentirse, disfrutarla, llorarla, reírla y, al final… vienen las reflexiones”, concluye.
Con las actuaciones de Luis Alberti, Adrián Ladrón, Alejandro Obregón y Rosario Sampablo, la escenografía e iluminación de Carolina Jiménez, y fotografía de Chez Negrete, Fin de partida (Endgame), de Samuel Beckett, se escenificará del 8 al 18 de febrero, los jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados a las 19:00 y domingos a las 18:00 horas, en el Teatro Benito Juárez (Villalongín 15, colonia Cuauhtémoc, cerca del Metrobús Reforma).
Teatro Benito Juárez, Villalongín 15
Fin de partida (Endgame), de Samuel Beckett, del 8 al 18 de febrero en el Teatro Benito Juárez; jueves y viernes, 20:00 horas, sábados, 19:00 y domingos, 18:00 horas