Un mecanuscrito de García Márquez, el registro sonoro de Eduardo Lizalde y el Archivo Nacional de Arqueología, entre los distinguidos
Agencia Excélsior
La copia mecanográfica de la novela Cien años de soledad, que incluye las correcciones a mano de Gabriel García Márquez; el Archivo Nacional de Arqueología, y el registro sonoro del poeta Eduardo Lizalde son tres de los 18 acervos que ayer quedaron inscritos en el Registro de Memoria del Mundo de México, de la Unesco, durante la ceremonia realizada en la 45 Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM).
El mecanuscrito que nos convoca es una suerte de espejo en el que se miró García Márquez y también se miraron los Buendía”, detalló Alfonso Miranda, director de Museos Soumaya, instancia que resguarda el documento.
Recordó que, en varias ocasiones, “Gabo dijo que había destruido el original corregido a mano de Cien años de soledad, debido a que deseaba ocultar lo que llamó sus ‘trucos de carpintería’”.
Sin embargo, él estaba consciente de las copias que había hecho para compartir aquel manuscrito con personas cercanas.
Así, quedaron flotando en el limbo de la historia cuatro copias, de las cuales hoy sólo quedan dos: la que integra el acervo Gabriel García Márquez en la biblioteca de Austin, en Estados Unidos (que no incluye las correcciones a mano), y la que conservó Emmanuel Carballo, crítico y cronista, que heredara en vida a su hijo, quien lo vendió a Guillermo Tovar de Teresa, y hoy está en el acervo de la Fundación Carlos Slim”.
Entre los cambios que incluye este manuscrito único, de 490 páginas tamaño carta, escritas a una cara, apuntó Miranda Márquez, sobresale la segunda foja, donde se observa, por ejemplo, el cambio del nombre de uno de sus protagonistas, de José Buendía a José Arcadio Buendía.
¿Cuántas correcciones contiene el documento?, se le preguntó a Miranda Márquez en entrevista. “Son cientos, algunas de carácter ortográfico, enmiendas, añadidos o palabras que decidió suprimir, que hoy nos dejan ver el proceso creativo de un autor referencial para nuestra novela latinoamericana, a 10 años de su partida”.
¿A quién corresponden las anotaciones a lápiz que están al reverso del documento? “Son anotaciones de Emmanuel Carballo, a solicitud del propio autor. El mecanuscrito fue realizado entre 1965 y 1966, en San Ángel. Durante mucho tiempo se pensó que todas las correcciones habían sido de Carballo, pero hace unos años se hizo una investigación profunda, por parte de la biblioteca de Austin, hubo exposiciones internacionales, el mecanuscrito fue estudiado, digitalizado y hoy se sabe que aquellas correcciones fueron del propio García Márquez”.
¿Qué nos revelan del escritor? “La obsesión por el detalle, por la redacción y por la economía de palabras para no desviarse”.
Además, destacó la parte que Gabo modificó, donde se lee lo siguiente: “No se le había ocurrido pensar hasta entonces que la literatura fuera el mejor juguete que se había inventado para burlarse de la gente. En una sola noche de parranda, Alvaro se desgañitaba para decir que Cervantes era un cabrón y Shakespeare un hijo de puta, queriendo decir con eso que eran insuperables (…)”.
HERENCIA ZAPATISTA
Otro acervo reconocido fue el Archivo histórico de Mateo Emiliano Zapata Pérez: Memoria de un Zapata (1912-1971), que incluye los testimonios de las comunidades árabes que apoyaron la revolución campesina, los fondos documentales de la muerte de Zapata y más de 1,200 expedientes de los zapatistas que constituyeron e impulsaron el Ejército Libertador del Sur.
Otro más fue el Fondo Planoteca y Taller de Arquitectura. Archivo Histórico, Fundación Sordo Madaleno, que incluye material documental y fotográfico de 1937 a la fecha.
También fue incluido el fondo Transfiguraciones sonoras en la voz poética de Eduardo Lizalde (1993-2022), que incluye 1,449 soportes con la memoria sonora del poeta, a partir de las series radiofónicas Contrapunto, Memorias y presencias y Anecdotario de la Revolución.
Además, el Plano topográfico de la ciudad de Guanajuato, elaborado por Lucio Marmolejo, en 1866; los billetes de lotería de México, de los siglos XVIII al XXI, y el Acervo histórico del Archivo Nacional de Arqueología, conocido también como Archivo Pepe.
TESTIMONIO WIXÁRIKA
Unesco también reconoció el Archivo John y Colette Lilly, un testimonio sonoro y fílmico de la cultura wixárika de Tuapurie (1969-1983), integrado por 555 registros sonoros y 310 rollos de películas inéditos, que conservan la vitalidad de los wixárikas y su legado mesoamericano.
Al respecto, James Thomas Ramey, académico de la UAM-Cuajimalpa y estudioso del tema, dijo a Excélsior que se trata de un conjunto de grabación, canciones, ceremonias y entrevistas con miembros de la comunidad Tuapurie.
Reconoció que éstos han permanecido inéditos debido a que John Lilly fue un cineasta talentoso, apasionado y perfeccionista que tuvo algunas emociones encontrada en revelar este material, pues imaginó que al difundirlo podría poner en riesgo lo que estaban preservando.
Finalmente, explicó que, en caso de obtener un financiamiento suficiente en este año, la UAM presentará una plataforma de consulta bastante robusta con este material para investigadores e integrantes de la comunidad de Tuapurie.