viernes, noviembre 29, 2024

INE vive desbandada; no queda un solo mando de la pasada administración

Expresidentes de la institución afirman que lo más preocupante es que también se empezó a tocar el servicio profesional de donde han salido 52 vocales de distritos locales y distritales, así como 24 jefes de departamento de esos órganos desconcentrados

Agencia Excélsior

En 10 meses, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha experimentado una ola de renuncias y destituciones, sin precedentes en su historia, por lo que expertos en capital humano, administración pública y expresidentes del INE lo consideraron como “grave”, “delicado”, “preocupante”, “una tragedia” y un riesgo para las votaciones del próximo domingo 2 de junio, además de un “síntoma” de que algo interno no está bien, incluso, debido a “un mal liderazgo”.

Actualmente, no queda un solo mando alto de la administración anterior en las direcciones ejecutivas, coordinaciones y Unidades Técnicas, debido a las amenazas del excontralor Jesús George Zamora, que dio pie a la renuncia masiva de los altos mandos, y los pocos que se quedaron fueron obligados a renunciar o decidieron hacerlo, en 2023.

A través de los meses siguientes el INE de la consejera Guadalupe Taddei inició un desmantelamiento real de sus cuadros de nivel alto y medio que nunca se había dado en el instituto.

De los 352 puestos de directores de área y subdirectores del instituto, 28% han renunciado o se les ha forzado a renunciar (99 personas).

En cuanto a las jefaturas de departamento, de un total de 568 con las que cuenta el INE, han “renunciado” el 11% (64 personas).

El especialista en capital humano y académico de la UNAM Ricardo Varela aseguró a Excélsior que una renuncia masiva de esta magnitud en la iniciativa privada llevaría a cualquier organización a la desaparición.

La mayoría de las renuncias de directores y subdirectores se han dado en la Dirección Jurídica, la Dirección Ejecutiva de Administración y el Órgano Interno de Control (con la salida de George Zamora), pero no se escapan la Dirección de Capacitación y Educación Cívica. la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, y otras direcciones.

En oficinas centrales se ha destituido o entregado el oficio de “pérdida de confianza” a 7 extrabajadores, entre ellos un director de área y un jefe de departamento.

En cuanto a las Juntas Locales y Distritales han “renunciado” 280 personas, 76 de ellas a nivel vocalía y/o jefes de departamento.

Lo más preocupante, en lo que coincidieron Varela y el especialista del INAP en administración de organizaciones Rafael Martínez Puón, así como los exconsejeros presidentes del IFE, Luis Carlos Ugalde y del INE, Lorenzo Córdova, es que también ya empezó a tocarse al servicio profesional.

En total, se contabilizan 52 vocales de distritos locales y distritales, así como 24 jefes de departamento de esos órganos desconcentrados, que han salido de la institución de abril de 2023 a febrero de 2024.

A 11 vocales más se les destituyó o se les giró el oficio de “pérdida de confianza” que sumado a los que renunciaron dan 63 vocalías que cambiaron.

Lo normal en otras administraciones había sido la renuncia de asesores de consejerías, oficina de la presidencia y en su caso, secretaría ejecutiva para permitir que las nuevas consejerías pudieran construir su equipo de trabajo.

Sin embargo, el INE informó a través de una solicitud de transparencia que, al 29 de febrero de este año, 706 personas han dejado de laborar en el instituto, de esta cantidad 100 renuncias fueron de asesores de la presidencia, la secretaría ejecutiva y las oficinas de tres consejerías más, lo esperado y normal en un cambio, pero no las 606 personas adicionales que no estuvieron de acuerdo con la cultura laboral autoritaria de la presidenta Taddei, y se fueron, o, a los que se amenazó y se les obligó a renunciar por negarse a realizar actividades inapropiadas.

Excélsior platicó con mandos altos y medios que ya no laboran en el INE y que pidieron el anonimato, para corroborar el clima de miedo, intimidación e intento de someterlos, al que estuvieron expuestos.

Además de amenazas y órdenes de espionaje, a un número sin cuantificar se les interpusieron denuncias ante el OIC.

Incuantificables hasta este momento, ya que el Órgano Interno de Control se ha negado a entregar la información, ni siquiera el número de las denuncias abiertas en el periodo mencionado.

“UNA TRAGEDIA QUE CAUSA MIEDO”

El especialista en administración de capital humano y académico de la UNAM Ricardo Varela consideró que estas cifras son una “tragedia”, una “catástrofe” y cuestionó el porqué se permitió este nivel de renuncias en un año electoral presidencial en el que se requeriría toda la experiencia de los trabajadores del instituto.

“Para mí el tema fundamental es que esto se debe mucho a un mal liderazgo. Dos, un clima organizacional deficiente…Si nosotros lo comparamos con las organizaciones, una empresa que tenga una rotación, así como la que se está planteando, ya no existiría, ya no existiría por pérdidas, contratos, digo, la recontratación que es carísima”, dijo Varela al comentar que, por ejemplo, en el sector hotelero, las contrataciones de mandos altos pueden contabilizarse entre 500 y 600 mil pesos por persona a contratar y se dedica tiempo a al menos ocho candidatos por plaza, en promedio, para poder hallar a la persona correcta.

“Ahora bien, ¿qué es lo que causa una política de este tipo? Miedo. Miedo. ¿Cuándo me va a tocar a mí? Es decir, una persona que está y que ve que corrieron a su jefe o a uno de sus directores, el primer síntoma es miedo”, explicó el académico de la UNAM, quien agregó que el personal laborando con miedo es más proclive a cometer “errores críticos”.

Por su parte, el coordinador académico del Instituto Nacional de Administración Pública,  Rafael Martínez Puón, quien hace cuatro años dejó la dirección ejecutiva del Servicio Profesional Nacional Electoral del INE, consideró que en la administración pública prevalece “esta idea del botín” y que si bien es natural que se produzcan cambios con la llegada de nuevos consejeros, antes existía un cierto “respeto” por la estructura para garantizar el eficiente funcionamiento del Instituto.

Destacó la importancia del INE, no sólo en la organización de elecciones, sino también en la preservación de la estabilidad y la paz social en México, por lo que no descartó que la nueva “época” que estamos viviendo, “en esta idea de buenos y malos pero sobre todo, lo primero, de que yo (en la presidencia del INE) podría tener poder de decisión en áreas técnicas”, se convierta en hechos desafortunados, a nivel organizacional, porque el instituto necesita que la gente permanezca por el nivel de “sofisticación” que requiere la maquinaria del INE para funcionar con precisión.

Martínez Puón apuntó que tanto la rotación de personal, como los recortes presupuestales y el ambiente interno de división entre consejerías “repercute en la estabilidad de las personas, la certidumbre que se requiere para eso genera también ambientes laborales adversos y no contribuye a que la gente esté motivada para hacer su trabajo. Ahora, esto obviamente trae un efecto negativo en un proceso tan tenso y delicado, como este, cuando lo que se tiene que hacer es tener muy motivada a la gente, estimulada para hacer lo que tiene que hacer”.

UN CRIMEN PARA LA EXPERIENCIA: EXPRESIDENTES

Ante el número atípico de renuncias, los expresidentes del IFE Luis Carlos Ugalde y del INE Lorenzo Córdova relataron que cuando recibieron la presidencia del instituto las renuncias fueron acotadas porque se apostó a la “continuidad”.

Luis Carlos Ugalde, quien asumió en 2003, narró a esta reportera que consideró que lo más importante era mantener la continuidad y así fue.

“Solamente cambió el secretario ejecutivo que era Fernando Zertuche, por un acuerdo mutuo con él, pero todo su equipo, bueno, una buena parte de su equipo se quedó. Hubo gente que terminó su ciclo, pero habrán sido 10 personas, 5 personas, 20 personas las que por el cambio de administración salieron, y hubo dos o tres cambios de directores ejecutivos, pero sólo de la cabeza, hacia abajo todos se quedaron”.

Ugalde Ramírez subrayó que “la gran fortaleza del instituto es la continuidad, porque además son rutinas que están en la ley y la experiencia es muy importante. Estos números que me das, yo la verdad no tenía idea de la magnitud, pero me parece que es un crimen a la experiencia y al talento el que haya habido tal nivel de rotación, sobre todo porque no había ninguna necesidad, no había focos rojos”.

Resaltó que, en adición, estas renuncias se dieron previo a un año electoral presidencial y que le preocupaba que por primera vez en la historia del instituto “el tema de la calidad de la organización electoral empiece a surgir como un foco amarillo que nunca había ocurrido” y que podría disparar las dudas de que “si la parte logística va a estar determinada por los sueldos, por la mala planeación, por el cambio de personal, etcétera”.

En abril de 2014, Lorenzo Córdova fue designado como presidente del nuevo INE, luego de cinco meses sin presidente nombrado por la cámara y con la rotación en la presidencia de cuatro consejeros que se quedaron en espera de los nuevos nombramientos de consejerías.

“Te diría que lejos de renuncias, en el cambio, ya en abril de 2014, al INE, digamos, cuando tomé la presidencia, más bien lo que hubo fue la ratificación de las personas que estaban como encargadas de despacho”, dijo en entrevista vía telefónica.

Comentó que renunciaron unas 8 o 10 personas de la oficina de la presidencia y los demás se quedaron. Fueron ratificados en su presidencia entonces “no, no había, no hubo esta movilidad en el cambio y mucho menos en las dimensiones que cuentas que está ocurriendo ahora, ni de lejos… al contrario, yo te diría que lo que se hizo fueron un montón de nombramientos de los puestos que estaban vacantes y que por este periodo de transición en donde durante cinco meses tuvimos cuatro consejeros, no se habían hecho designaciones”.

Sobre la salida de vocales locales y distritales apuntó que es el personal técnico que más cuesta sustituir y en el tema administrativo recordó que para implementar las nuevas facultades del INE hubo reacomodos y la creación de nuevas direcciones ejecutivas, “pero no fue masivo, fue más bien selectivo, con algunos cambios y que tuvieron que ver, pues, con el reacomodo, la generación de una Junta General afín, que se empatara con el nuevo Consejo”.

Actualmente, el INE cuenta con nueve encargadurías de despacho de las 16 direcciones, coordinaciones y unidades técnicas con las que cuenta, además de la Secretaría Ejecutiva que tampoco ha tenido la mayoría para ser ratificada.