miércoles, noviembre 27, 2024

Luis Argudín, el movimiento del mar en un lienzo

El pintor y dibujante mexicano entrega una serie de 19 obras en la que intenta recrear la inmensidad líquida

Agencia Excélsior

El mar, su poderío, su movimiento perpetuo, su energía, su luz, está “contenido” en las pinturas y los dibujos recientes del artista visual mexicano Luis Argudín (1955), gracias a herramientas como coordenadas y rayas.

La exposición Mar, integrada por 10 pinturas al óleo y nueve tintas sobre papel, que se inauguró anoche en la Celda Contemporánea de la Universidad del Claustro de Sor Juana, representa un parteaguas para el creador, pues fue un tema difícil de asir y que evoca sus orígenes abstractos.

“En el mar, la forma no se queda quieta. Ya no la concebimos como un objeto sólido o algo que se mantiene en el tiempo-espacio, sino como un ente que está fluyendo, que está pasando. El tiempo y el espacio se están moviendo”, comenta el pintor en entrevista con Excélsior.

“Llevar a la pintura estas ideas, a partir del trabajo que estaba haciendo con las rayas y las coordenadas, de lo que era trama y urdimbre; trazar algo tan mutable, tan dinámico, tan cambiante, fue difícil, pues cuando empecé no sabía qué iba a suceder”, confiesa.

Quien estudió Artes Visuales en la Universidad de Arte de Hornsey, y una maestría en la Universidad de Essex, narra que la serie de los mares nació a partir de un viaje en velero que realizó en abril de 2022 por el Mar de Cortés.

“Estar en un velero es distinto a que navegues en un barco o en un crucero. En el velero ves la importancia del mar, estás más cerca; vas viendo su fuerza, su presencia; pues ésta puede ser aterradora o totalmente envolvente y encantadora.

“Ahí ves la superficie del mar. Es líquida, cambiante, pero siempre como dibujando algo. Tiene formas distintas. Yo venía de recrear al desierto, donde el piso es estable. Los cielos eran vibrantes; pero en el mar todo vibra y está en movimiento. Eso intenté capturar”, añade.

Quien imparte clases en la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM, desde 1988, dice que “no hay nada más sublime que la respiración del mar contra la costa, su encresparse con el viento y el poder sobrecogedor de su ánimo cambiante”.

El creador de 69 años une en esta exploración naturaleza y filosofía. “El mar respira como nosotros, está vivo como nosotros, es vida animada; pero también es algo mucho mayor que nos supera: es la forma más cercana a lo divino”.

Mar nace de otra serie titulada Topografías, donde la idea era plantear la construcción de un paisaje a partir de graficar un espacio (topos) con rayas que describieran una geografía, como lo hacen las coordenadas, explica.

Después, le siguió la muestra Wirikuta, sobre la visión específica del desierto de San Luis Potosí frente al pueblo de Real de Catorce. “En ésta también se planteaba lo mismo, pero ahora las rayas se convirtieron en rayos de luz, rayos que son vibración, energía, vida palpitante”.

Admite que el recurso de las coordenadas se “desbocó, se desbordó, se desbarató”, donde no hay nada fijo, como la superficie del agua.

Argudín compartió que, poco después de su viaje en velero, perdió a su hija primogénita, cuyas cenizas fueron esparcidas en el mar, frente a la casa donde vive su abuelo, cerca de Puerto Vallarta, por el Rincón de Guayabitos.

Haber arrojado las cenizas de su hija en el mar, prosigue, “convirtió esa experiencia del agua, de la vibración, en algo más simbólico”. De ahí surgen los dos cuadros que son bandera de esta muestra: Miranda y Miros.

“Los dos cuadros grandes son para ella, de ella, contra el dolor de su ausencia. Son silenciosos, meditativos, poderosos, como el mar. Sus cenizas las esparcimos en él para que su respiración, su movimiento y su aliento me trajeran de vuelta su mirada inteligente y cómplice, y así me acompañe siempre”, subraya en la hoja de sala.

“La gente va a visitar a sus seres queridos a una tumba o a una gaveta en alguna iglesia. Pero yo tengo la iglesia más gigantesca que puede haber”, agrega en entrevista.

“El mar es nuestra encarnación más objetiva y real de lo que pudiéramos imaginar como lo sublime. Porque no hay nada más que sea de esa grandeza, de esa fuerza”, concluye.

La exposición del autor de más de 36 exposiciones individuales se exhibirá hasta el 31 de agosto.

El dato

El mar, la iglesia del artista

Los dos cuadros más importantes de la exposición de Luis Argudín son Miranda y Miros, realizados para honrar a su hija primogénita muerta, cuyas cenizas reposan en el mar.