La palabra «Guelaguetza» proviene del zapoteco y significa ‘ofrenda’ o ‘compartir’; este concepto se basa en la idea de cooperación y reciprocidad comunitaria
Agencia Excélsior
La Guelaguetza, una de las festividades más emblemáticas de México, es una celebración vibrante y colorida que tiene lugar cada año en la ciudad de Oaxaca. Conocida también como los Lunes del Cerro, esta fiesta es un reflejo profundo de las tradiciones indígenas y la diversidad cultural del estado de Oaxaca. ¿Quieres saber más sobre este evento único? ¡Sigue leyendo!
Orígenes de la Guelaguetza
La palabra «Guelaguetza» proviene del zapoteco y significa «ofrenda» o «compartir». Este concepto se basa en la idea de cooperación y reciprocidad comunitaria, valores fundamentales en la cultura indígena oaxaqueña. La tradición de la Guelaguetza es una expresión viva de estos principios, donde cada comunidad ofrece lo mejor de sus recursos y habilidades en un intercambio mutuo que fortalece los lazos sociales y culturales.
La celebración tiene sus raíces en rituales prehispánicos dedicados a Centeotl, la diosa del maíz. En tiempos antiguos, los pueblos indígenas de Oaxaca realizaban ceremonias y ofrendas para honrar a esta deidad, pidiendo por buenas cosechas y agradeciendo por los frutos recibidos. Estos rituales no solo aseguraban la prosperidad agrícola, sino que también reforzaban la identidad y cohesión de las comunidades, demostrando el profundo vínculo entre los oaxaqueños y la naturaleza.
Con la llegada de los españoles y la evangelización, estas prácticas ancestrales no desaparecieron, sino que se adaptaron y fusionaron con las festividades católicas. Así, la Guelaguetza se celebra en honor a la Virgen del Carmen, integrando elementos cristianos con las antiguas tradiciones indígenas. Este sincretismo religioso enriquece la festividad, mostrando cómo las culturas pueden convivir y transformarse a través del tiempo.
Hoy en día, la Guelaguetza es una manifestación de la diversidad cultural y étnica de Oaxaca. Cada año, las comunidades indígenas se reúnen para compartir sus danzas, música, trajes típicos y gastronomía, manteniendo viva una tradición que ha perdurado por siglos. La Guelaguetza no solo es una fiesta, sino un recordatorio de la importancia de la solidaridad y el respeto por las raíces culturales que definen a Oaxaca.
¿Cuándo se celebra?
La Guelaguetza se lleva a cabo durante los dos últimos lunes de julio, conocidos como los Lunes del Cerro. Esta elección de fechas coincide con la festividad católica de la Virgen del Carmen, lo que añade una capa de sincretismo religioso a la celebración. Así, se combina la veneración a la Virgen con las antiguas tradiciones indígenas, creando una festividad única que atrae tanto a locales como a turistas de todo el mundo.
Desde tiempos prehispánicos, las comunidades indígenas de Oaxaca han llevado a cabo rituales y celebraciones en esta época del año para agradecer a Centeotl, la diosa del maíz, por las cosechas. Con la llegada de los españoles y la evangelización, estas prácticas se adaptaron, integrando elementos cristianos. La Guelaguetza moderna comenzó a tomar su forma actual en el siglo XX, especialmente después de 1932, cuando el gobierno de Oaxaca institucionalizó la celebración como parte de las festividades del Cuarto Centenario de la Ciudad de Oaxaca.
Durante estas fechas, la ciudad se transforma en un vibrante escenario cultural. Las calles se llenan de música, danzas, y colores, mientras delegaciones de las ocho regiones del estado presentan sus tradiciones en el Auditorio Guelaguetza y otros lugares emblemáticos. Los visitantes pueden disfrutar de una variedad de eventos, desde desfiles y conciertos hasta exposiciones y talleres, haciendo de la Guelaguetza una experiencia inmersiva y enriquecedora que celebra la riqueza cultural de Oaxaca.
Actividades destacadas
Desfiles de delegaciones
Una de las principales atracciones de la Guelaguetza son los desfiles de delegaciones provenientes de las ocho regiones del estado de Oaxaca: Valles Centrales, Sierra Norte, Sierra Sur, Cañada, Mixteca, Costa, Papaloapan e Istmo. Cada delegación llega con su propia comitiva, vestida con trajes típicos que representan su identidad cultural. Estos trajes, elaborados con técnicas ancestrales y materiales locales, son una muestra impresionante de la artesanía oaxaqueña, llenos de colores y detalles simbólicos.
Cada delegación presenta bailes tradicionales que muestran la riqueza cultural de su región. Estos bailes son una combinación de movimientos rítmicos, música en vivo y coreografías que han sido transmitidas de generación en generación. Los desfiles son un espectáculo visual y auditivo, donde los sonidos de las bandas de música regional se mezclan con el bullicio de la multitud. Las danzas, como la Flor de Piña de Tuxtepec y la Sandunga del Istmo, son particularmente populares y esperadas por los asistentes.
Además de los trajes y bailes, las delegaciones también traen ofrendas de productos locales, como frutas, flores y artesanías, que son repartidos entre el público en señal de generosidad y reciprocidad. Esta práctica refleja el verdadero espíritu de la Guelaguetza: compartir y celebrar en comunidad. Los desfiles son una oportunidad para que los asistentes experimenten la diversidad y la riqueza cultural de Oaxaca en un solo lugar, apreciando las diferencias y similitudes que hacen de esta región un mosaico cultural único.
La Danza de la Pluma
La Danza de la Pluma es uno de los bailes más esperados y emblemáticos de la Guelaguetza, realizado por los zapotecos de la región de Valles Centrales. Este baile es un homenaje a la resistencia indígena y simboliza la confrontación entre los pueblos originarios y los conquistadores españoles. La danza narra la historia de la conquista y la defensa del territorio indígena, representando episodios históricos y míticos a través de movimientos y simbolismos.
Los danzantes visten trajes elaborados que incluyen penachos de plumas multicolores, capas bordadas y faldas adornadas. Cada elemento del traje tiene un significado especial y contribuye a la narrativa visual de la danza. Los movimientos de los danzantes, que a menudo incluyen saltos acrobáticos y giros rápidos, están acompañados por la música de tambores y flautas, creando una atmósfera de intensa energía y emoción. La coreografía es compleja y requiere un alto nivel de habilidad y coordinación entre los participantes.
La Danza de la Pluma no solo es un espectáculo visual, sino también un acto de resistencia cultural. Al realizar este baile, los zapotecos no solo preservan su historia y tradiciones, sino que también reafirman su identidad y su conexión con sus ancestros. La danza es una poderosa manifestación de orgullo y memoria colectiva, que sigue siendo relevante y significativa para las nuevas generaciones de oaxaqueños.
El Auditorio Guelaguetza
El corazón de la festividad es el Auditorio Guelaguetza, un majestuoso recinto al aire libre situado en el Cerro del Fortín, que ofrece una vista panorámica de la ciudad de Oaxaca. Este auditorio, con su diseño semicircular y su capacidad para miles de espectadores, es el escenario principal donde se llevan a cabo las presentaciones más importantes de la Guelaguetza. Desde su construcción en la década de 1970, el Auditorio Guelaguetza se ha convertido en un símbolo de la celebración y un punto de encuentro para oaxaqueños y visitantes.
Aquí, las delegaciones de las ocho regiones de Oaxaca presentan sus danzas y tradiciones ante un público entusiasta. Las gradas se llenan de espectadores que vienen a disfrutar de un espectáculo lleno de color, música y movimiento. Cada presentación es recibida con aplausos y vítores, creando una atmósfera de alegría y celebración comunitaria. La acústica del auditorio permite que la música y las voces de los danzantes se escuchen claramente, envolviendo a la audiencia en una experiencia inmersiva.
Además de las presentaciones de danza, el auditorio también es sede de otros eventos culturales durante la Guelaguetza, como conciertos, concursos de gastronomía y exposiciones de artesanía. Estos eventos complementan las celebraciones y ofrecen a los visitantes una visión más amplia de la riqueza cultural de Oaxaca. El Auditorio Guelaguetza, con su ambiente festivo y su programación diversa, es el epicentro de la Guelaguetza y un lugar imprescindible para quienes desean vivir esta festividad en toda su plenitud.
Gastronomía oaxaqueña
No puedes hablar de la Guelaguetza sin mencionar la exquisita gastronomía de Oaxaca. Durante la festividad, las calles se llenan de puestos que ofrecen una variedad de platillos tradicionales que son un verdadero deleite para los sentidos. Entre los más populares se encuentran las tlayudas, enormes tortillas de maíz que se sirven con frijoles, queso, aguacate, carne y salsas, creando una combinación perfecta de sabores y texturas. Las tlayudas son el snack ideal para disfrutar mientras se camina por las calles llenas de vida.
El mole es otro de los protagonistas indiscutibles de la gastronomía oaxaqueña. Conocido como el «platillo de los dioses», el mole es una salsa espesa y rica en sabores, hecha a base de una mezcla de chiles, especias, frutos secos y chocolate. Existen varias versiones, siendo los más famosos el mole negro, mole rojo y mole amarillo. Durante la Guelaguetza, es común encontrar diferentes variantes de mole servidas con pollo o pavo, acompañadas de arroz y tortillas. Cada bocado es una explosión de sabor que refleja la complejidad y riqueza de la cocina oaxaqueña.
Los tamales son otro platillo esencial en la gastronomía de Oaxaca. Estos envueltos de masa de maíz rellenos de carnes, vegetales, chiles y salsas, cocidos al vapor en hojas de maíz o plátano, son una delicia que no puedes perderte. Cada región tiene su propia versión de tamales, como los tamales de mole, tamales de chepil y los tamales oaxaqueños, que son más grandes y están envueltos en hojas de plátano. Probar los tamales durante la Guelaguetza es una manera de saborear la diversidad culinaria del estado.
Una experiencia gastronómica en Oaxaca no estaría completa sin los chapulines, un manjar que puede sorprender a muchos visitantes. Estos pequeños saltamontes se tuestan y se sazonan con limón, ajo y sal, a menudo con un toque de chile. Los chapulines son crujientes y llenos de sabor, y son una fuente importante de proteína. Se pueden comer solos como un snack o como ingrediente en otros platillos, como en tlayudas o en tacos. Probar chapulines es una aventura culinaria que conecta directamente con las raíces prehispánicas de la entidad.
Por último, pero no menos importante, está el mezcal, la bebida espirituosa tradicional de Oaxaca. Hecho a partir de la destilación del agave, el mezcal es conocido por su sabor ahumado y su amplia gama de matices, dependiendo del tipo de agave y el proceso de producción utilizado. Durante la Guelaguetza, las mezcalerías y los puestos ofrecen degustaciones y explicaciones sobre el proceso artesanal de producción del mezcal. Beber mezcal no solo es disfrutar de una bebida, sino también de la historia y cultura del estado, ya que cada sorbo cuenta una historia de tradición y pasión.
Cómo disfrutar al máximo de la Guelaguetza
Para aprovechar al máximo tu experiencia en la Guelaguetza, te recomendamos lo siguiente:
Planifica con anticipación: Reserva tu alojamiento y entradas a los eventos con tiempo. La demanda es alta y la ciudad se llena rápidamente.
Visita los mercados: Lugares como el Mercado 20 de Noviembre y el Mercado Benito Juárez son ideales para probar la comida local y comprar artesanías.
Participa en talleres: Muchos talleres de artesanía y cocina se ofrecen durante la festividad. Es una excelente oportunidad para aprender más sobre la cultura oaxaqueña.
Explora las regiones: Si tienes tiempo, visita las diferentes regiones de Oaxaca para entender mejor la diversidad cultural que se presenta en la Guelaguetza.
No te la pierdas
La Guelaguetza es mucho más que una festividad; es una celebración de la identidad y el orgullo oaxaqueño.
Cada danza, traje y platillo cuenta una historia de tradición y comunidad. Si tienes la oportunidad de asistir, no dudes en sumergirte en esta experiencia única que te conectará con las raíces más profundas de México. ¡Prepárate para vivir la Guelaguetza y llevarte recuerdos inolvidables!