Esta escuela mexicana, fundada hace 20 años en Aguascalientes por la especialista Elisa Guerra, está entre las 10 mejores del mundo en Innovación
Agencia Excélsior
Enseñar a los niños a leer a temprana edad, alrededor de los 2 años, transmitirles la cultura y las bellas artes en este proceso y, poco después, introducirlos a la escritura, “forma chicos inteligentes y autodidactas”.
De esta premisa parte el Método Filadelfia de educación temprana, por el que el mexicano Colegio Valle de Filadelfia, fundado en Aguascalientes hace 20 años por la escritora y pedagoga Elisa Guerra, fue seleccionado entre las mejores diez escuelas del mundo en la categoría de Innovación, para obtener el premio World’s Best School.
Es un galardón internacional que otorga la fundación T4 Education, de Reino Unido, y cuenta con cinco categorías. Estamos en el Top Ten de los mejores planteles en Innovación. En septiembre, seleccionarán a tres finalistas en cada categoría. Y en octubre darán a conocer a los cinco ganadores. Nos eligieron por el Método Filadelfia, que es el alma, la estructura, la médula ósea, de nuestra escuela”, comenta Guerra en entrevista con Excélsior.
“LA LECTURA ES UNA FUNCIÓN CEREBRAL”
La maestra en Estudios Especializados de Educación por la Universidad de Harvard explica que “la lectura no es una materia escolar, sino una función cerebral, igual que el lenguaje; no tendríamos por qué esperar a que los niños empiecen la escuela a los 6 años para enseñarla.
Lo ideal es impartirla cuando empiezan a hablar, porque también es lenguaje, pero visual, no oral. Desde los 2 años, los niños ya entienden todo lo que les dicen. Pasa lo mismo con la lectura. Este método puede ser una de las claves para erradicar la crisis global de aprendizaje que enfrentamos”, agrega.
Desde Portugal, donde vive parte del año, la maestra en Educación con especialidad en Procesos de Enseñanza-Aprendizaje por el TEC de Monterrey destaca que la información es la base de la inteligencia, por eso, este proceso debe estar acompañado del arte y la cultura.
Todos los seres humanos tenemos sensibilidad artística y nacemos listos para apreciar la belleza. Nos emocionamos lo mismo con la música y la pintura, que al ver un atardecer o un bosque. Estos ‘bits de inteligencia’, como los llamamos, les proporcionan datos y alimentan su curiosidad”, añade.
CRISIS GLOBAL DE APRENDIZAJE
Advierte que el poder de la lectura temprana debe ser tomado en cuenta por las políticas públicas del país. “Tenemos una crisis global de aprendizaje. Más de la mitad de los niños de 10 años en Latinoamérica, y aún los chicos de 15 años, según cifras del Banco Mundial, la Unesco y la OCDE, no pueden comprender lo que leen. Pueden descifrar textos, pero no hay comprensión lectora.
Las causas de este fenómeno son diversas, la pobreza, las migraciones forzadas, la violencia, la inequidad. Pero no podemos dejar de pensar que, aunque sea una parte, tiene que ver con el cuándo y el cómo enseñamos a leer”, indica.
La licenciada en Educación Preescolar y Letras Hispánicas por el TEC de Monterrey dice que el Método Filadelfia es “un programa integral en el que cambia, por un lado, cómo enseñamos, en reconocimiento a cómo el cerebro aprende; segundo, cuándo enseñamos, empezamos antes que los sistemas educativos porque queremos llegar más lejos.
Queremos aprovechar el cerebro del niño cuando es más sensible, más plástico; cuando está mejor dispuesto para el aprendizaje. Y todo dentro de un entorno de amor, alegría y respeto”, expresa.
Detalla que, como parte del Método Filadelfia, se imparten además materias como ciudadanía global, tecnología, matemáticas y deporte, que juega un papel especial. “A partir de primero de primaria, los niños nadan 400 metros, luego diez kilómetros en bicicleta y corren cinco kilómetros. Los de prescolar hacen lo mismo, pero con distancias reducidas”.
La Premio Alas-BID 2015 en la categoría de mejor educadora en América Latina y el Caribe señala que su propuesta se inspira en la metodología que creó Glenn Doman para que los padres enseñaran a sus hijos en casa, pero adaptada para la escuela.
Son sesiones muy breves, entusiastas, alegres; con duración, intensidad y frecuencia muy específicas. Ser un buen lector es la puerta para ser autodidacta”, concluye quien espera que el colegio avance a la etapa final.
Actualmente, ocho escuelas en México, Ecuador, Brasil y Colombia han hecho suyo el método del Colegio Valle de Filadelfia. “Somos hermanos de sangre. Tenemos la misma estructura, pero cada una posee su propia personalidad”.