lunes, noviembre 25, 2024

Despiden al tabasqueño con júbilo y melancolía; “muchos no quisiéramos que se fuera”

Al Zócalo llegaron mexicanos de todas partes de la República en medio de sentimientos encontrados

Agencia Excélsior

La familia de Francisco le obsequió los boletos de avión para viajar de Colorado a la Ciudad de México y estar presente en el sexto y último Grito de Independencia del presidente Andrés Manuel López Obrador.

El migrante mexicano llegó con sus seres queridos al Zócalo desde primera hora, tomaron un lugar en la esquina de 20 de Noviembre y circuito Plaza de la Constitución.

Afirma que desde que López Obrador tomó protesta e hizo públicos sus 100 compromisos pensó que si lograba completar al menos uno sería el mejor presidente de la historia. También reconoce: “duermo, como y me levanto viendo noticias de ‘papá’ Obrador”.

“Sentimental, como le digo a mi esposa, esto no es política, esto es sentimental”, dijo Francisco en el Zócalo, donde al anochecer miles de personas se reunían para esperar el último Grito lanzado por el tabasqueño.

Un grupo de amigos llegó desde Guadalajara.

“Muchos no quisieran que fuera el último, pero es la democracia que hay en México”, expuso uno de los visitantes que estamparon sus camisetas con la efigie del Presidente.

Rubén viene desde Tecatitlán, Jalisco, y confiesa tener “el corazón latiendo fuerte” por estar la noche del 15 en el Zócalo para despedir a López Obrador.

Myriam llegó con 20 familiares y amigos en un autobús alquilado. Porta orgullosa su camiseta con un logotipo similar al de una cafetería trasnacional, pero con la imagen del Presidente y la frase “Me canso, ganso”.

Este domingo había que echar la casa por la ventana y lanzar una cantidad nunca antes utilizada de pirotecnia.

Era el día de sacar todos los artículos, camisetas, gorras, banderas, llaveros, muñecos con la efigie o el nombre de López Obrador, antes de que haya que embodegarlos.

¿Sería exagerado decir que es parecido a un sentimiento de orfandad? Casi sin excepción, los entrevistados estuvieron al borde del llanto. Al menos para ellos sí es el fin de una era.