En los últimos seis años no hubo ningún avance en la materia; destacan las muertes por enfermedades respiratorias, diarreicas y los homicidios
Agencia Excélsior
El derecho a la supervivencia es quizá el primero y más indispensable de los derechos humanos: es evidente que sin su protección y realización todo lo demás es imposible siquiera de imaginar, y por ello, lograr que todas las niñas y los niños tengan plena garantía de que habrán de vivir, y que lo harán en condiciones de dignidad y libertad.
Por ello resulta a todas luces inaceptable el retroceso que se tuvo en los últimos seis años respecto de la mortalidad infantil. Cada 20 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Niña y el Niño, y constituye una fecha obligada para llamar a la acción prioritaria y urgente para su protección integral y lograr un México apropiado para las infancias.
UN TERRIBLE RETROCESO
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible implican que todos los países deben avanzar decididamente hacia la reducción de la mortalidad infantil. Sin embargo, en México se ha ido a paso de cangrejo en esa materia en los últimos años. En efecto, de acuerdo con el Anexo Estadístico del VI Informe de Gobierno del Ejecutivo Federal, presentado en septiembre de 2024, los dos últimos años para los que se dispone información, fueron los peores de la administración que recién concluyó en materia de mortalidad infantil.
Los datos del informe muestran que, en 2011, la Tasa de Mortalidad Infantil, es decir, el número de niñas y niños fallecidos antes de su primer año de vida, por cada mil nacidos vivos, fue de 14.9, en 2012 fue de 14.4, en 2013 de 14.1, en 2014 de 13.5, en 2015 de 13.7, en 2016 de 13.4, en 2017 de 13.7, en 2018 de 13.3, en 2019 fue de 13.9, en 2020 de 10.5, en 2021 de 10.2, en 2022 se incrementó a 12.2, y en 2023 a 13.6.
Para dimensionar la tragedia que implica lo anterior es importante decir que entre 2019 y 2023 se estancó la tendencia decreciente del número anual de defunciones que se había logrado en el país; en efecto, en el 2011 fallecieron 29 mil 50 niñas y niños antes de cumplir el primer año de vida, en 2012 fueron 28 mil 956; en 2023, 27 mil 817; en 2014, 26 mil 399; en 2015, 26 mil 57; en 2016, 24 mil 730; en 2017, 25 mil 456; en 2018, 23 mil 415; en 2019, 22 mil 944; en 2020, 19 mil 352; en 2021, 19 mil 319; en 2022, 19 mil 612, y en 2023, 19 mil 345.
Por otro lado, también es importante subrayar los retrocesos que hubo en las tasas de mortalidad evitable en menores de 5 años. Por ejemplo, en la tasa de mortalidad por enfermedades respiratorias para ese grupo de edad había llegado a 11.1 por cada 100 mil en el grupo de edad, en 2021; sin embargo, para 2022 y 2023 las tasas son de 15.5 y de 15, respectivamente.
La tasa de mortalidad por enfermedades diarreicas tuvo un estancamiento importante, pues si en el 2018 fue de 5.3, en el 2023 se ubicó en 5 por cada 100 mil en el grupo de edad. Finalmente, en la tasa de mortalidad por deficiencia nutricional el indicador en 2019 fue de 2.8 por cada 100 mil, mientras que en 2023 fue de 2.4.
A todo lo anterior deben añadirse los 6 mil 939 niños, niñas y adolescentes que fallecieron asesinados entre los años 2019 y 2023, el cual ha sido, tanto en números absolutos, como relativos, el más mortífero para la niñez, en cualquier administración, desde 1990.
A PASO DE CANGREJO
En materia de niñez, en México siempre se ha hecho muy poco y a un ritmo absolutamente lento. Sin embargo, en la administración 2018-2024 se registran los mayores retrocesos y estancamientos en los indicadores relativos a la supervivencia de las niñas y niños, que son a quienes, por mandato constitucional se debe proteger de manera prioritaria y siempre con miras a cumplir con el Interés Superior de la Niñez. Las consecuencias de una política económica y social sin perspectiva de infancia son mortales y los resultados están a la vista: la administración que recién concluyó será la única, en 30 años, en la que no se tuvo ningún avance en estos indicadores. Lo exigible es que en la administración 2024-2030 estas tendencias se reviertan, y de manera acelerada.
TENDENCIA MACABRA
El asesinato de niñas, niños y adolescentes será siempre un hecho macabro, pero en México, esto tiene ya dimensiones impronunciables. De 2008 al 2023 han fallecido por homicidio intencional 53 mil 707 menores de 18 años, de los cuales, 33.9% se concentraron entre los años 2019-2023, convirtiéndolo en el período más violentamente mortífero para las niñas y los niños, y de acuerdo con la información preliminar de 2024, se podría rebasar nuevamente la cifra del año previo de manera significativa Sin duda, una de las agendas abandonadas por la administración pasada fue la de los derechos de las infancias, por lo que es un mandato ético imperativo que se recobre, y con mucha urgencia, pues lo que está en juego es nada menos que la vida de las y los más vulnerables.