La comunidad mexicana ha padecido por lo ocurrido en la ciudad californiana; ante la tragedia, la solidaridad se ha convertido en la respuesta
Agencia Excélsior
La tragedia que ha asolado California con los recientes incendios ha dejado a miles de personas sin hogar, sin esperanza y enfrentando un futuro incierto. Mientras las llamas avanzaban implacables, muchas familias, en su mayoría inmigrantes mexicanos, perdían todo lo que habían construido a lo largo de los años en Los Ángeles, ciudad con fuerte presencia mexicana.
Soy jardinero, ahorita ya solo, no tengo dónde vivir, ahorita estoy con mi hermano, me quedé en la calle”, relató don Genovevo, mexicano originario de Jalisco, quien ha trabajado como jardinero durante más de 40 años.
A pesar de la tragedia, se muestra decidido a continuar.
No voy a pedir nada. Yo no le pido nada al gobierno, yo puedo trabajar, no tomo, no fumo”, añadió, pese a que perdió unos 30 mil dólares en efectivo que tenía en la casa. Se quemaron.
La tragedia llegó de manera inesperada. A las 2:30 horas recibió la notificación de que debía abandonar su hogar debido al avance de las llamas.
Me tocaron la puerta, me dijeron que desalojara porque venía fuerte la lumbre. Yo pensé que esto iba a pasar rápido, pero cuando me di cuenta, la casa ya estaba quemada”, explicó con un tono de resignación.
La huida fue apresurada, sin tiempo para rescatar lo más básico.
No tuve chance de sacar nada”, afirmó.
SOLIDARIDAD DE LA COMUNIDAD MEXICANA
Mientras relataba su experiencia, también mencionó a su hermana, quien logró escapar hacia Arizona y salvar su vida. Ella es su único familiar cercana que logró escapar del desastre.
En medio de la tragedia, la comunidad mexicana ha demostrado una vez más su solidaridad.
En el centro de convenciones de Pasadena, miles de afectados por los incendios han recibido apoyo. Este centro ofrece información a los damnificados a través de carteles con códigos QR, los cuales permiten acceder a recursos como apoyo emocional, asesoría legal y ayuda para aquellos en estatus migratorio irregular.
Además, se han habilitado camiones de comida que distribuyen alimentos gratuitos para los desplazados.
La respuesta de la comunidad ha sido crucial en estos momentos de crisis, proporcionando alivio y apoyo a quienes lo han perdido todo.
Carlos González, cónsul de México en Los Ángeles, explicó que la situación ha complicado la localización de los afectados.
Cerca de 180 mil personas han sido desplazadas, y la mayoría de ellas no ha recibido indicaciones para regresar a sus hogares. La gente no acude a los albergues y no ha sido tan fácil localizarlos”, declaró González.
Estamos en este esfuerzo para identificarlos y ponernos en contacto con ellos, brindándoles asesoría y recursos si es necesario”, insistió el diplomático.
En el centro de acopio instalado para asistir a las víctimas, la solidaridad se ha hecho más evidente. Miles han llegado en busca de lo más básico: cobijas, ropa y productos de primera necesidad. Las filas de vehículos que ingresan son largas, y dentro del lugar, los artículos se distribuyen de manera organizada.
El centro de acopio se ha convertido en un símbolo de esperanza y solidaridad en medio de la tragedia.
Las personas que llegan, toman lo que necesitan y continúan su camino.
Aunque el proceso de recuperación será largo y difícil, Los Ángeles se mantiene firme en su determinación de superar esta tragedia.
La comunidad mexicana, que ha sido una pieza clave en la reconstrucción de esta ciudad de Estados Unidos, sigue unida frente a la adversidad. En las próximas semanas y meses, la ciudad comenzará el arduo trabajo de reconstrucción, no sólo de viviendas, sino también de vidas y sueños que fueron destruidos por las llamas.
La solidaridad, el trabajo conjunto y la determinación de reconstruir serán las fuerzas que impulsarán a esta comunidad hacia adelante.