Luis fue víctima de violencia homofóbica, denunció, pero los abogados “sólo se preocupaban por el dinero”, por lo que decidió apoyarse de la IA
Agencia Excélsior
Ante abusos de abogados y funcionarios que en lugar de ayudarlo a resolver su caso le pusieron obstáculos, Luis Alberto Solís, un joven que ha denunciado violencia homofóbica que pone en riesgo su vida, encontró en ChatGPT una forma de avanzar en sus denuncias.
Desde abril pasado, familiares directos de Luis, stripper y creador de contenido, iniciaron una campaña de agresiones verbales y físicas contra él, su mamá y sus abuelos, a quienes llegaron a golpear.
Todo comenzó cuando Luis, junto con su mamá, emprendió un proyecto de Airbnb en Chignahuapan, Puebla, y uno de sus familiares insistió en obstruir la entrada de su casa con sus vehículos.
“Se le pidió amablemente que quitara su coche de la entrada, porque impedía la entrada y la salida… a los dos días de que se le comentó a su pareja sentimental la inconformidad, vino y me dijo que quién era yo para decirle dónde estacionar su vehículo… con palabras e insultos homofóbicos… él agrede a mi mamá, tratando de quitarle su celular porque pensaba que estaba grabando.
“Arremete contra mi mamá y como el pico (de jardinería) estaba en la pared, toma el pico y me pega; me empuja contra la pared y me lesiona”, relata en entrevista.
Tras esta agresión, Luis denunció ante el MP de Chignahuapan, aunque éste omitió enviar su caso a la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Cometidos contra la Comunidad LGBTIQ+ y
Personas Indígenas.
En un intento de que su denuncia avanzara, Luis buscó apoyo con abogados, entre ellos una mujer que resultó ser pareja del representante legal de la contraparte, quien, incluso, le pidió que le enseñara a falsificar su firma.
“Si vi 30 abogados fue poco. Todos priorizan el dinero, ninguno presentaba una estrategia legítima ni una estrategia legal sólida, porque nos dimos cuenta de que mi familia estaba inmiscuida”, cuenta.
Debido a estas experiencias desalentadoras, Luis cayó en depresión y terminó recluido en su casa, puesto que sus agresores lo vigilan mediante cámaras de seguridad.
“Cada vez que salía a hacer mis actividades, como ir al gimnasio, ir por mi mamá a su trabajo o ir al Oxxo, a los cinco minutos salían para hostigarme, gritarme, amenazarme y no lo soporté”, relata.
El hostigamiento, aunado al laberinto legal en el que se convirtió su caso, llevó a Luis a, incluso, abusar de los medicamentos para la ansiedad.
“Caí en depresión… tengo un psicólogo que me ha llevado desde 2021 y pude salir adelante. La verdad es que también conseguí medicamento como benzodiacepinas para dormir, pero también abusé del medicamento, porque estaba tan deprimido que simplemente ya no quería, ya no le veía chiste o ya no le veía sentido a la vida ni a lo que estaba viviendo”, admite.
Fue en ese trance, recluido en su casa, cuando probó con ChatGPT, gracias a lo cual pudo acceder a su expediente y avanzar en sus denuncias.
“Gracias a la IA, a que me puse las pilas a redactar, a escribir la querella, fue como llegué a la Unidad Especializada en Delitos contra la Comunidad LGBTIQ+. También la IA me ayudó a motivar escritos para la Visitaduría de Puebla.”
Ahora, Luis busca apoyo económico de la sociedad, pues no ha podido trasladarse a trabajar a Puerto Vallarta, donde usualmente lo hace, debido a que debe estar pendiente de sus asuntos legales y teme dejar sola a su madre y abuelos. Además, debe hacer frente a gastos médicos que ha ido acumulando debido a los golpes que le han propinado.
“El mensaje que quiero dar es de empatía, visibilizar una verdad de un sistema carente que tenemos en México… quiero pedir ayuda, porque la necesito, me estoy quedando sin recursos económicos para seguir… este proceso legal ha sido desgastante física, emocional y económicamente”, concluye.