El fresco, realizado entre 1923 y 1924, muestra a una mujer de cabello rubio sosteniendo a un niño
Agencia Excélsior
Hace cien años, José Clemente Orozco decidió inmortalizar el tema de la maternidad en los muros del Colegio de San Ildefonso con una pieza de 25.8 metros cuadrados, en la que se aprecia a una mujer de cabello rubio que sostiene a un niño de ojos azules a quien observa con ternura, mientras a su alrededor flotan cuatro figuras etéreas, que podrían representar a los cuatro elementos o las cuatro estaciones, dice a Excélsior Verónica Herrera, investigadora de dicho recinto.
Se trata del único mural que sobrevive de la primera etapa de José Clemente Orozco en San Ildefonso, que data de 1923, en el que algunos identifican algunos guiños a Botticelli, con esas figuras etéreas que parecen flotar en torno a la figura central de la madre, aunque también podemos identificar otra figura recostada, que da la espalda al espectador, que ofrece un racimo de uvas a la madre y podría ser entendido como un tributo a esa maternidad, porque cuando uno acude a conocer a algún bebé, siempre lleva consigo un obsequio”, abunda Herrera.
Sin embargo, la investigadora recuerda que en aquel momento mucha gente criticó esta pieza, titulada Maternidad, ya que se consideró el anticlericalismo del artista y se sugirió que éste se mofaba de la vírgen María.
Él explicó que nada tenía que ver con una cuestión religiosa, sino que se trataba de una mamá, donde destaca su paleta cromática, con esos tonos rojos y ocres que resaltan con el cabello rubio de la mujer y los ojos azules del niño, y que podemos apreciar hasta nuestros días en el patio principal de San Ildefonso”, concluye.
Finalmente, recuerda que Orozco estuvo en dos momentos en San Ildefonso. Del primero sólo se conserva esta pieza, dado que el artista destruyó la mayoría de los murales que aludían a cuestiones masónicas y esotéricas para pintar, en una segunda etapa, en 1926, las conocidas escenas de revolución y denuncia que hasta hoy prevalecen.
MOULIN ROUGE ANUNCIA ESPECTÁCULO SIN ANIMALES
Ante las presiones de una asociación en defensa de los animales, desde ayer el Moulin Rouge dejó de utilizar serpientes y especies protegidas en sus espectáculos, anunció el cabaret en un comunicado de prensa.
La dirección “anuncia el fin definitivo del número con serpientes y anticipa así su compromiso”, indicó.
El viernes, en un artículo del diario Le Parisien, el Moulin Rouge indicó que “la presentación de animales en escena cesará en 2024”.
El miércoles estaba prevista una manifestación ante el cabaret organizada por la asociación animalista Paris Animaux Zoopolis, que además preveía “presentar una denuncia por maltrato animal”.
Es un avance histórico” en Francia, declaró su cofundadora Amandine Sanvisens.
En ese espectáculo que se realizaba diariamente, una bailarina entraba en un cubo de agua y manipulaba grandes serpientes pitón, que intentaban mantener sus cabezas fuera del agua.
Las dos especies usadas “son especies protegidas”, además “terrestres” y no acuáticas, deploró la alcaldía de París a principios de marzo, instando al cabaret a “dejar de utilizar animales silvestres” en sus espectáculos.
El Moulin Rouge prometió poner fin al número y destacó que comunicó su decisión a dos diputadas encargadas de velar por la aplicación de la ley del 30 de noviembre
de 2021.
